¿Y si mi hijo no quiere comer nada? Claves para no perder la paciencia y acompañarlo con respeto
- albimegias22
- 24 abr
- 4 Min. de lectura

Sé lo que sientes. Llega la hora de comer y ya te pones tensa. Tu hijo mira el plato, frunce el ceño y dice “no quiero”. O peor: ni lo mira, y solo pide galletas. Tú, con mil cosas en la cabeza, intentas no perder la paciencia, pero al final acabas diciendo algo que no querías decir.
Y luego te sientes culpable. Porque sabes que gritar o presionar no ayuda. Pero tampoco sabes qué más hacer.
Este artículo es para ti. Para ti, que lo das todo por tu hijo, pero te sientes sola e insegura cuando se trata de comida. Hoy quiero darte claves reales, sin juicios ni perfección. Solo herramientas que funcionan en la vida real, desde la crianza respetuosa y la conexión.
1. ¿De verdad no come nada? O está comiendo menos de lo que tú esperas
Es fácil pensar “mi hijo no come nada”, pero… ¿lo has observado bien?
📌 ¿Tiene energía para jugar?
📌 ¿Está creciendo bien?
📌 ¿Suele tener buen ánimo?
Si la respuesta es sí, es muy probable que sí esté comiendo lo que necesita, aunque no lo que tú esperabas ver en su plato.
👉 A veces comemos con la mirada: queremos ver el plato vacío, que repita, que coma lo mismo que los adultos.Pero los niños comen por hambre, no por costumbre. Su apetito varía según el día, el sueño, la emoción, el juego… y eso está bien.
🔁 Consejo práctico: Durante una semana, anota lo que realmente come (aunque sean “picoteos”). Te sorprenderá ver que no es “nada”.
2. ¿Solo quiere dulces? No es un capricho, es un mensaje
“Solo quiere galletas”, “no me pide nada más…” Y tú entras en pánico.
Pero, ¿sabes algo? El problema no es el dulce. Es el lugar emocional que le damos.
❌ Si lo prohíbes, lo desea más.
❌ Si lo usas como premio, lo valora más que otros alimentos.
❌ Si lo escondes, lo buscará a escondidas.
🎯 Consejo práctico: Elimina la etiqueta “prohibido”. Ofrécele algún dulce con naturalidad, como parte de una comida, sin drama.
💡 Por ejemplo: “Hoy tenemos fruta y también un trocito de bizcocho casero. ¿Cuál quieres primero?”
Así le ayudas a regularse, sin que el dulce se convierta en obsesión.
3. ¿Hambre o emoción? A veces no necesita comida… te necesita a ti
Hay días en que no quiere comer porque está triste, cansado, enfadado o necesita atención. Pero como no sabe expresarlo, lo rechaza todo… o solo pide lo que le consuela: pan, leche, galletas.
🥺 Tú te desesperas porque “otra vez no ha comido”, pero tal vez solo quería un abrazo.
🎯 Consejo práctico: Pregúntale con suavidad:
“¿Tienes hambre o estás un poco triste?”
“¿Necesitas comer algo o quieres que me siente contigo un rato?”
Y si no quiere comer, acompáñalo. El momento de la comida también puede ser un momento de conexión, aunque no toque comer.
4. Lo que NO ayuda (aunque lo hayas hecho mil veces)
No es por culparte, es por liberarte. Si esto te suena, no estás sola:
❌ “Si no comes, no hay postre”
❌ “¡Mira a tu hermano cómo come!”
❌ “Hasta que no te lo termines, no te levantas”
❌ “Siempre igual, eres un mal comedor”
Sabes que luego te sientes fatal por decirlo. Y lo peor es que no funciona. Solo hace que tu hijo asocie la comida con presión, conflicto y ansiedad.
🎯 Consejo práctico: Empieza por una frase:
💬 “Tú decides cuánto comer. Yo confío en ti.”
Dila en voz alta. Al principio cuesta, pero poco a poco verás el cambio.
5. Qué SÍ puedes hacer (sin castigos ni premios)
Aquí van acciones concretas que puedes aplicar desde ya:
✅ Establece rutinas (desayuno, comida, cena) para que su cuerpo se regule.
✅ No pongas platos enormes. Empieza por poco y que pueda repetir si quiere.
✅ Deja que elija entre dos opciones: “¿prefieres arroz o lentejas?”
✅ Que te ayude en algo sencillo: poner la mesa, lavar una fruta, remover la sopa.
✅ Come con él. Sin tele, sin móvil. Que te vea disfrutar de los alimentos.
✅ Respeta si no quiere más. No es rebeldía, es saciedad.
💬 Una frase que ayuda mucho: “Mi trabajo es ofrecer comida sana. Tu trabajo es decidir cuánto comer”.
6. ¿Y si de verdad algo no va bien? Cuándo buscar ayuda profesional
Hay momentos en los que hay que hacer una pausa y observar:
⚠️ ¿Ha perdido peso?
⚠️ ¿Rechaza toda la comida, incluso la que antes le gustaba?
⚠️ ¿Tiene ansiedad, llanto o enfado fuerte cada vez que toca comer?
⚠️ ¿Solo quiere un grupo de alimentos (por ejemplo, pan y leche)?
En estos casos, pedir ayuda no es exagerar. Es amor del bueno. Y puede ser el primer paso para transformar todo.
🎯 Consejo práctico: Habla con una psicóloga o nutricionista infantil que te escuche sin juicio. Muchas veces, lo que más necesitas no es una dieta… es apoyo emocional.
No estás sola. No eres una mala madre porque tu hijo no quiera comer hoy. No estás fallando. Estás aprendiendo. Estás creciendo con él.
Y eso ya te convierte en una madre increíble.
Si te sientes desbordada, confundida o simplemente necesitas que alguien te acompañe a crear una relación más sana con la comida en casa, aquí estoy. Escríbeme. Hablemos. Porque criar con amor también es saber pedir ayuda.
Aquí puedes agendar una llamada gratuita conmigo. Y si te ha resultado útil te animo a compartir con otras mamis que puedan verse beneficiadas.
Te abrazo fuerte 🤗
Comments